28.10.06

Dicen de Cuchillos en gallinas:

Algunas imágenes que me quedaron de tu puesta: la mujer cantando –muy potente, increíble --- el molinero soplando su harina, su magia, la palabra --- la sombra del molinero en la pared --- los colores --- el suelo, la tierra: presencia de la tierra –el sudor y la rudeza y el grano y los caballos– versus la intangibilidad, inmaterialidad de las palabras, que la mujer busca por momentos arriba, tratando de hallar en el aire, como de descolgar... frutos, nubes, aves, nada... --- silencios entre palabras, aparición de los cuerpos, silencio de cuerpos y palabras, cuerpos que dicen, cuerpos que se imponen a la palabra, cuerpos que aplastan la palabra, palabra que modifica cuerpos, que estraga, atraviesa, mata, ilumina, estremece.
Sí, y esto sobre todo: lenguaje y silencio. Y entonces también pensamiento y emoción (“pensar con el sentimiento y sentir con el pensamiento” escribió Pessoa). Eso sobre todo, sí, para nosotros, criaturas sensibles a las vibraciones de la lengua, criaturas oyentes en el sentido profundo de la palabra. Sobre todo, para mí, esta obra, eso: una experiencia de la lengua, más vinculada a la poesía o a la música. Es decir: una Experiencia. Y entonces: volver a verla. Una vez y otra. Quiero decir: volver a escucharla. Que vuelvan a atravesarme esos cuchillos. Que mi entendimiento tropiece, que la voluntad de explicar se desgarre y queden estos jirones de la lengua, abismos de silencio para Ver. Y que mis palabras queden, de nuevo, en suspenso, para una vez más, y como siempre, no decirte nada, y decirte todo.

Nicolás Schuff
Gracias, Nico

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