18.9.06

Fragmentos de Clarice

Clarice, joven - siempre Lispector.

Seco estudio de caballos


La forma del caballo representa lo mejor del ser humano. Tengo un caballo dentro de mí que raramente se expresa. Pero cuando veo a otro caballo, entonces el mío se expresa. Su forma habla.

Todo caballo es salvaje y arisco cuando manos inseguras lo tocan.

Intentando poner en frases mi más oculta y sutil sensación - y desobedeciendo mi necesidad exigente de veracidad - yo diría: si pudiese haber escogido, me habría gustado nacer caballo.

Desde la calzada desierta yo miraría: una esquina y otra. Y vería las cosas como un caballo las ve. Ése era mi deseo. Desde la casa yo intentaba al menos escuchar la colina de hierbas donde en las tinieblas caballos sin nombre galopaban en un retorno al estado de caza y de guerra.

Si me duermo un instante, el eco de un relincho me despierta. Y es inútil intentar no ir. En la oscuridad de la noche el resollar me da escalofrío. Finjo que duermo pero en el silencio el caballo de buena raza respira. Todos los días será igual: ya al atardecer comienzo a ponerme melancólico y pensativo. Sé que el primer tambor en la montaña del mal hará la noche, sé que el tercero ya me había envuelto en su tormenta. Al quinto tambor ya estaré con mi codicia de caballo fantasma. Hasta que de madrugada, con los últimos tambores levísimos, me encontraré sin saber cómo junto a un arroyo fresco, sin saber jamás lo que hice, al lado de la enorme y cansada cabeza del caballo.

El trote, empero, continúa en mí. Converso, arreglo la casa, sonrío, pero sé que el trote está en mí. Siento su falta hasta morir.

No, no puedo dejar de ir.

Cuando de noche él me llame, atrayéndome al infierno, iré. Desciendo como un gato por los tejados. Nadie sabe, nadie ve. Sólo los perros ladran presintiendo lo sobrenatural.
Y me presento, en la oscuridad, al caballo que me espera.

La noche es mi vida, anochece, la noche pecadoramente feliz es la vida triste que es mi orgía: ah, roba, roba de mí el caballo de pura sangre porque de robo en robo hasta la madrugada yo ya robé para mí y para mi compañero fantástico, y desde la madrugada ya hice un presentimiento de terror de demoníaca alegría malsana.

Líbrame, roba de prisa el caballo real mientras es hora, mientras todavía no anochece, mientras es de día sin tinieblas, si es que todavía hay tiempo.
Y la alegría orgiástica de nuestro asesinato me consume de terrible placer. Roba de prisa el caballo peligroso del Rey, róbame antes que la noche venga y me llame.

este texto fue encontrado y fragmentado por nuestro diego "pony william" velázquez

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